Prioridad evolutiva. Revelarse o rendirse

Algunas especies, devoran a sus progenitores al nacer, se nutren del alimento prestado por la madre, por otro lado, la naturaleza dando preferencia a la primacía evolutiva, elimina lo que ya no considera útil, la madre ya realizó su función para la que estaba destinada, por lo tanto sobra y es devorada.
En el caso concreto del humano, es nuestro cerebro quien nos devora hasta matarnos, una vez dejamos de ser útiles, un torrente de cortisoles empieza a inundar nuestras células, oxidándolas hasta que el último alo de nuestro aliento toca su fin.
La hipófisis es la encargada de generar las hormonas que nos envejecen y nos deterioran los órganos, músculos y huesos. Una mujer cuando alumbra una nueva vida, le está enviando señales al cerebro, advirtiéndole de que poco a poco su función en el proyecto evolutivo de la vida toca a su fin. Cada hijo nacido es un nuevo eslabón que liquida a la madre como algo obsoleto, que estorba y que debe dejar paso al advenedizo, debe dar el relevo, morir. El cerebro pone toda su maquinaria a funcionar, para de esta forma envejecer a la progenitora que poco a poco irá entregándose, unan vez aportada su genética al proceso evolutivo. El padre ralentiza el proceso de envejecimiento, puede seguir procreando por más tiempo. Pero también llega su final, incluso antes que la madre.
Pero no se alarmen, hay una forma muy efectiva de parar o limitar esta carrera loca por eliminarnos y no es otra que la ilusión, la motivación y las ganas de vivir, generadoras de endorfinas, dopaminas, y demás neurotransmisores que de una forma u otra contrarrestan la hormona oxidante que nos envejece. Muy importante casi vital para alargar nuestra vida en condiciones óptimas es mantener a raya los estresores que tanto nos limitan y nos incapacitan, de esta forma mantener viva la llama de la ilusión que con tanta abundancia nos da la gran aventura de la vida. No permitamos que problemas disfuncionales de la conducta nos limiten nuestras posibilidades de mantener el rostro y el cuerpo sano y radiante. Ya se, no siempre es posible conservar el espíritu sereno, tranquilo y en paz, a veces es necesario recurrir a ayuda especializada, la hipnosis clínica nos permite modificar la percepción cognitiva de esta realidad incapacitante. Elegir bien es de sabios.