Clínica de HipnoTerapia: creatividad inhibida

sábado, 27 de enero de 2007

creatividad inhibida

Por lo general el ser humano es sensible, creativo, con multitud de proyectos y deseos, con un incesante torrente de ideas; esta persona es la que llevamos cada uno de nosotros dentro, pero son muchos a los que por determinadas circunstancias casi nunca les sale a la superficie, la pregunta es ¿Por qué?

A veces una persona se rodea de otras que limitan su capacidad, a mayor sensibilidad mayor potencia creativa, pero menor posibilidades de desarrollarla en entornos inhibidores.

Otras veces la baja autoestima hace que la persona con deseos de realización se sienta en la obligación solícita de recibir el visto bueno de sus congéneres para poner en marcha sus ideas.

Pero casi siempre, el miedo al fracaso y sobre todo a la crítica sentida como desmedida por la profecía auto-cumplida, hacen de freno irreparable hacia un futuro pleno y lleno de posibilidades de desarrollo interno de la persona.

Es importante sentirse libre para actuar según los criterios de cada cual, sin sentir el aliento ajeno como cortapisa inhibidora. Dejar de sentir el fracaso como un escaparate al que acudirán en masa para redimirse de sus propios fracasos.

Cuando se encuentra ese punto de libertad, que permite desarrollar todas nuestras capacidades infinitas sin impedimentos psicológicos derivados de sugestiones negativas, la creatividad y las ideas brotan en cantidades enormes que a su vez se van multiplicando, dando firmeza, seguridad y fuerza a nuestros comportamientos.

Rodearse de la gente adecuada es importante, gente que no prejuzgue, que respete las ideas, que no utilice la palabra “porque”, que deje hacer sin más. Pero no siempre es así, muchas veces, ciertas personas sienten que están en grupos monolíticos que someten a la crítica despiadada al primero que atisba un movimiento disonante del grupo cerrado. A muchos les puede parecer hasta interesante y motivador pero a otros les coacciona hasta el punto de desarrollar fobias, trastornos de ansiedad, TOC (trastorno obsesivo compulsivo), trastorno de despersonalización, etc., todos ellos con las consiguientes somatizaciones fisiológicas que tanto producto farmacológico introduce en nuestro cuerpo, convirtiéndose en un ciclo sin fin.

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